miércoles, 1 de noviembre de 2023

Miguel de Cervantes Saavedra ¡vale un Potosí!


Mencionar a Cervantes implica evocar al Quijote, principal protagonista de la obra cumbre del autor español, considerado padre de las letras hispanas. Todo lector que se ha inmerso en las obras literarias y poéticas cervantinas, sabe que no hay parangón posible. Miguel de Cervantes es independiente de su mítico caballero andante, puesto que Alonso Quijano es uno más —aunque el más relevante—, de sus personajes.

Podría decirse que las andanzas de aquel ingenioso hidalgo, eclipsaron el bagaje literario que nos legó Miguel de Cervantes. Pero quien lee a Cervantes no puede dejar de leer sus creaciones, busca más y finalmente le queda el sabor a poco; permanece el deseo de ahondar en la inventiva, la imaginación, la creatividad y la ucronía —en muchos casos—, de la que se valió el genial escritor para transportarnos a su época y consiguientes acontecimientos. Ese saber situarnos entre lo real y lo imaginario, es lo que consolida al genio cervantino.


Los países que se sienten —desde tiempos remotos—, muy honrados por haber sido elegidos primero, como posibles puestos de destino, y citados después, en las diferentes obras de Cervantes, no caben en sí por el regocijo que les produce la oportunidad de mantener viva la llama literaria hispana, siendo don Miguel, crisol inconfundible de la lengua castellana.

Bolivia, es uno de los países privilegiados; así lo han manifestado en diferentes oportunidades y épocas históricas los intelectuales bolivianos, quienes estuvieron y están conscientes de que se debe dar continuidad a la consuetudinaria iniciativa de conmemorar a Cervantes, adhiriéndose cada 23 de abril —Día Internacional del Libro—, a la multinacional lectura maratónica y colectiva que supera las 24 horas desde el año 2013. Este evento congrega a invitados especiales y voluntarios pertenecientes a los más diversos grupos etarios y de actividades diversas, quienes a través de sus voces dan vida a cada uno de los pasajes y personajes de la magistral creación cervantina. Cabe destacar que, en esta cadena, no sólo el idioma español está presente, también tienen su espacio voces de otras lenguas para leer El Quijote a través de sus embajadores culturales y gente inmersa en el tema.

Son más de doscientas, las obras adaptadas en múltiples lenguas y estilos, aunque se dice que Don Quijote se ha traducido aproximadamente a 145 idiomas. Oficialmente circula en el Instituto Cervantes de España la colección «Traducciones del Quijote» compuesta por cincuenta traducciones del primer capítulo del Quijote pertenecientes a más de 200 obras en múltiples lenguas, sumándose el año 2016 con gran beneplácito, las traducciones en quechua y guaraní; idiomas, que junto al aymara, son los más hablados después del español, en los países andinos.

No todo se ha dicho sobre Cervantes —pese a que durante estos cuatrocientos años se haya escrito sobre él y su Quijote ininterrumpidamente—, porque permanentemente es un tema actual, en todas las épocas forma parte de la cultura universal y al día de hoy se incorporan todos los medios electrónicos y las redes sociales; así lo demuestra la curiosidad que despertó el año 2002 la traducción de El Quijote al “spanglish” por el escritor norteamericano Ilan Stavans; asimismo, Diego Buendía, informático español, creó el “El QuijoTweet”  (paraTwitter, hoy “x”), e introdujo el texto de El Quijote en 17.000 twits de 140 caracteres cada uno, a partir de 2014 hasta 2016.

Corolario de este gran emprendimiento, es el proyecto “Cervantes en rap” de La Fundación


Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro consistente en un concurso internacional abierto a todos los raperos amantes de la cultura urbana, llevados a cabo —respectivamente— en Ciudad Real, España y Guanajuato, México, en la 51 versión del acreditado Festival Cervantino, uno de sus directores,  Jorge Volpi acuñó la frase: “la ciudad de Guanajuato es considerada la tumba de don Quijote” —sí, la de don Quijote, no la de Cervantes, perseguida en vano—. La mentada “tumba” se encuentra al lado del monumental Teatro Juárez, allí fue solemnemente enterrada una edición especial con una placa que dice: “Quien afirme que Don Quijote está en esta tierra enterrado, jamás mentirá”.

Literatos, poetas, científicos, investigadores, militares, psicólogos, sociólogos, místicos, antropólogos, lingüistas, filántropos e historiadores han dedicado sendos trabajos al respecto. Es así que, Cervantes a partir del siglo XVI pasó a ser de un escritor entretenido, a un representante de la realidad y la ficción exquisitamente fusionado en el romanticismo del siglo XIX. En pleno siglo XXI, el Quijote sigue siendo el germen de la literatura moderna y nervio motor de la escritura actual para los países hispanohablantes.

Es este el epicentro de aquella delgada línea que separa a Miguel de Cervantes de don Alonso Quijano, puesto que una cosa es: haber traducido a muchas lenguas una de las obras de Cervantes en su primera y/o segunda parte: —El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (I) y El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (II) —, y otra: apreciar todas las obras literarias de Miguel de Cervantes Saavedra, padre de la literatura española y referente internacional del idioma español.

Con gran convicción sostengo que el placer de leer se coarta cuando la lectura es impuesta. De hecho, leer la obra original de El Quijote obliga a recurrir al diccionario para aclarar ese giro idiomático, buscar esa palabra que nunca habíamos escuchado, o recordar algunos términos ya en desuso. Cabe destacar el ingenio y habilidad de variadas adaptaciones modernas que acercan a la juventud a Miguel de Cervantes.

Así como Miguel de Cervantes —a través de don Quijote— tuvo y tiene gran influencia en creaciones y recreaciones sobre muchos escritores de talla internacional, no es menos cierto que se cuenta entre ellos a un buen número de intelectuales bolivianos:

Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933), escribió la pieza El mundo de Cervantes y el de don Quijote, y una reseña del libro Vida de Don Quijote y Sancho, de Miguel de Unamuno (publicaciones realizadas en Tucumán, Argentina— infechadas—).

Particular importancia cobra en este trabajo, citar la compilación de autores bolivianos que dedicaron su intelecto a las obras de Cervantes y a su principal personaje: don Quijote. Resulta de gran ayuda el trabajo realizado el año 2009 por el profesor boliviano Luis R. Quiroz, estudioso cervantino radicado en Estados Unidos, al formularse la pregunta: ¿Qué hay en Bolivia acerca de Cervantes y el Quijote? el fruto de su investigación arroja cincuenta y nueve trabajos diversos de cuarenta y ocho escritores.

No son todos los que están, ni están todos los que son estudiosos quijonianos, más que cervantinos. Honra entera merece el autor de aquel célebre Quijote, don Miguel de Cervantes Saavedra, cuya pluma y memoria encomiamos con este humilde trabajo desde una perspectiva diferente, con todo el agradecimiento que debe el pueblo potosino a tan preclara mente, puesto que estuvo presente en sus pensamientos e imaginación cuando surcaba ignotos parajes argentarios y citaba con respeto y admiración la valía del gran Potosí en sus variados e inmortales trabajos. Potosí no es una ciudad cualquiera, ni el Cerro Rico una montaña más.

Sin duda alguna, por la evocación profesada a esta tierra, por su cariño y sus letras, Miguel de Cervantes Saavedra ¡vale un Potosí!

 

Biografía

 

Ivette Durán Calderón, potosina de nacimiento, radicada en Europa, es jurista, investigadora histórico social, escritora y poetisa. Acreditada como investigadora del Archivo de Indias en Sevilla, España y del Archivo General de la Nación de México; Archivo de la Casa Nacional de la Moneda de Potosí, Bolivia; ponente en temas indianistas, virreinales y como especialista en temas de inmigración y extranjería en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. Socia corresponsal de la Sociedad Geográfica y de Historia de Potosí-Bolivia. Ponente de temática jurídica, histórica y social, autora de diferentes libros, artículos e investigaciones a nivel nacional e internacional.

 

El presente artículo ha sido extraído del libro del mismo nombre “Cervantes, vale un Potosí” de la misma autora.


domingo, 28 de julio de 2019

La importancia del Prólogo de toda obra literaria. ©Ivette Durán Calderón




La responsabilidad de presentar una obra, recomendarla, resumirla y presentarla como
lectura atractiva, útil o necesaria, es muy grande para todo prologuista. Demanda una actitud mental altamente positiva que lo conduzca a circunscribirse dentro de los límites señalados por los cánones para cumplir con ese gratificante, aunque no siempre fácil cometido.
Un prólogo debe ser, al mismo tiempo, una breve síntesis de la obra, una sincera crítica no detallada del contenido que refleje la personalidad y estilo del autor.
Muchas veces se puede correr el riesgo de escribir un nuevo capítulo e introducirlo como parte de la propia obra. Por otro lado, el riesgo también es permanente al prologar de manera superficial e irresponsable halagando, más que analizando la obra.
Etimológicamente, la palabra prólogo registra su origen en el griego πρόλογος, traducido como “prólogos”, “pro” = antes y “logos” = palabra, refiriéndose literalmente al que habla antes; tomemos en cuenta que se aplicaba al breve discurso o dichos de alguno de los actores de la comedia griega, quien, al salir al escenario, antes que el resto, recitaba la introducción al desarrollo de la obra.
Con el paso del tiempo y sin que medie regla específica, se fue imponiendo el prólogo como un texto de presentación explicativo escrito con estilo literario propio del prologuista, generalmente por su prestigio o conocimiento del tema en cuestión, de ese modo se agrega a la obra mayor objetividad. Muchas veces se recurre a la fama y nombre de un buen autor consagrado o en su ausencia, será el propio autor quien se ocupe del prólogo para no desmerecer la oportunidad de introducir y captar la atención de sus potenciales lectores.
Tóme en cuenta el autor, que para solicitar la prologación de su obra, debe considerar que ésta deberá ser leída, analizada y contrastada antes de emitirla, lo cual implica tiempo, dedicación y esfuerzo.
Antes de conceptualizar la palabra prólogo, resulta más beneficioso ejemplificarlo, para ello
recurrimos acertadamente a Miguel de Cervantes Saavedra, autor y prologuista de su inmortal obra Don Quijote. Se reconoce como autor orgulloso de su obra, enfatiza en que el lector no encontrará citas de autores famosos ni sonetos de elogio, asimismo, recomienda al lector que no se abstenga de crítica.
Conviene aclarar al aprendiz de prologuista, que el prólogo se redacta después de concluida la obra, puesto que debe contener una breve síntesis de su contenido, cuando es el propio autor el que lo escribe. En el caso de que sea un tercero el prologuista, además de presentarlo debe criticarlo y recomendarlo.
No es infrecuente confundir el prefacio, preámbulo, proemio, exordio con el prólogo, cabe aclarar que el prefacio y afines, se escriben antes de escribir la obra.
Los prólogos, si bien son importantes no son indispensables, aunque se debe reconocer que ayudan mucho a entender el contenido de la obra, la habilidad del prologuista ayuda mucho.
Las reimpresiones no necesitan reescribir su prólogo, en cambio se debe prever un nuevo prólogo para cada reedición.

viernes, 25 de enero de 2019

CRONÓFAGOS Aquellos devoradores del tiempo…ajeno.




© Ivette Durán Calderón
Poco se ha escrito acerca de los cronófagos, al punto de que muchas personas piensan que es un sustantivo inventado por alguien.
Han asociado este término con el de misógino. Silvia de Picco, explica los obstáculos que tienen las mujeres para realizarse personalmente, debido a una extraña conspiración de los cronófagos, a los cuales además llama caníbales y consumidores del tiempo femenino.



Montherlant llamó cronófagos a los “devoradores”de tiempo. Se llama así, no a los que buscando mayor eficiencia a sus vidas, avanzan a pasos gigantes y conquistan nuevas tierras cada día, tampoco lo son aquellos que disipan lamentablemente sus horas, yendo tras de ideales estériles o en tareas inútiles.



El cronófago es un tipo patológico muy especial, muy difundido, enemigo declarado del hombre que tiene ganas de vivir, de trabajar, de triunfar. El cronófago es el que visita un taller en horas de trabajo y va de puerta en puerta hablando con los trabajadores y destruyendo con su meliflua charla, la labor provechosa que esas manos tratan de hacer; va a las redacciones y distrae al personal. En las fábricas, en los conservatorios, en las aulas, medios de comunicación, negocios, etc., en toda congregación de gente que trabaja, hay cronófagos. Y no se valen solamente de la visita; cuando se los rechaza, acuden al teléfono, al móvil a los mensajes, al Internet, al chat, a la correspondencia, al “encuentro casual” y muchos otros medios. A veces destruyen el espíritu constructivo y creador de los demás, a fuerza de inculcarles su zumbido de zánganos; y luego son los primeros en reprocharles el fracaso, si éste se produce.
Y llevan así una vida poblada solamente de ecos, de bambolla: vacía. Para el que aspira a vivir mucho y con eficiencia, para el que aspira hacer una estada provechosa y feliz en el mundo, es un deber imperioso despojarse del pesado lastre de los cronófagos.
Ya lo decía André Maurois: “Muchos seres humanos se quejan de la brevedad de la vida, ¿pero es que viven siquiera ocho horas al día?”.
Y en verdad, a quien no sabe ahorrar su tiempo, a quien no rinde lo que debiera, ni en cantidad ni en calidad, le diríamos: “Viva cien años, porque eso puede conseguirlo haciendo vida sana; pero no viva cien años de 365 días ociosos, sino un verdadero siglo de horas activas. ¿No le decimos acaso “viva”? Vivir es actuar, es funcionar, es moverse. Y así su vida se medirá por las horas de provecho, no por las de holganza, menos de maldad.
Por eso, aléjese de los cronófagos que, al devorar su tiempo, se devoran lo mejor de su vida: el rendimiento, la verdadera eficiencia de su actividad.


Sin embargo, pese a lo dicho, en algunos casos un cronófago puede ser útil; imaginemos
una circunstancia en la que no llega a tiempo un orador, un artista, un grupo, etc., lo que se hace es echar mano de los cronófagos para salvar la situación ante los asistentes, de aquellos que distraen, de los que  les hacen pasar el tiempo, de los que se los hacen perder, mientras llega el motivo central de atracción; no estamos hablando de teloneros, aprendices o principiantes, sino de alguien que no estaba en el programa, no es grato, pero puede ser útil.



Al respecto, conviene recordar que el año 2008, el profesor Stephen Hawking presentó el Devorador del tiempo un notable reloj, valorado en 1.8 millones de dólares, chapado en oro y sin manecillas, y en la cúspide, un saltamontes bautizado como "cronófago" o "devorador del tiempo". Se emplearon cinco años del trabajo de 200 personas entre otros, ingenieros, científicos y joyeros


El escape saltamontes recibe este nombre por recordar los movimientos que hacen las patitas traseras de este insecto, el cual sirve para recordar que "el tiempo es un destructor: cada minuto desaparece algo que uno no puede recuperar jamás". Llamó a la nueva versión del escape Cronófago, una bestia que hace funcionar al reloj "comiéndose al tiempo". 
Cada paso que da el insecto, marca un segundo y sus movimientos generan destellos de luces azules que viajan por la esfera hasta detenerse en la hora exacta. Pero el reloj sólo indica la hora con precisión cada cinco minutos. El resto del tiempo las luces sólo sirven de adorno…………………………………………………………….
Fuentes: Maurois - Pseudónimo de Emile Herzog, biógrafo, novelista y ensayista francés e intérprete de la cultura británica (1885-1967)
Henry de Montherlant, Novelista y dramaturgo francés de origen catalán (1826-1972)
Silvya Do Picco, periodista argentina autora de Mujer sin Fin (Editorial B 2007)
http://www.repubblica.it/2008/09/sezioni/scienza_e_tecnologia/orologio-hawking/orologio-hawking/orologio-hawking.html




miércoles, 1 de agosto de 2018

Poetisa, musa de musas - Poema @ Ivette Durán Calderón


Poetisa, musa de musas



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Féminas dueñas de la pluma poética,
¿por qué os llamáis poetas, si sois mujeres?
¿acaso son cosa de hombres estos quehaceres?
asumo que es soberbia, no ausencia de ética.

Si hay quien aún pretenda cambiar el sustantivo,
será acaso poetastro el de los versos viles
y llamaréis poetastra a las coplas gentiles,
llamad a él poeto y a ella poeta, me suscribo

Y lo que aquí expongo no es cosa de risas
no es peyorativo, si otrora fue un estigma,
ser musa de una musa, no es ningún enigma,
por eso al poetizar, firmad como poetisas.

                                                                                               ©Ivette Durán Calderón



jueves, 29 de junio de 2017

Autonomía universitaria, tema controvertido en México © Ivette Durán Calderón


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@Ivette Durán Calderón

Los últimos acontecimientos acaecidos en predios de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde aparecieron dos cadáveres en circunstancias aún no esclarecidas, acrecientan la zozobra de estudiantes, docentes, administrativos y vecinos.

La autonomía en la UNAM establece que la presencia policial no está permitida, lo que en aras de expandir su área de acción, la delincuencia organizada está tomando posesión de manera subrepticia.

Ya han surgido rumores de que se trataría de un cartel, el Cartel de Tlahuac, para apoderarse y sentar dominio en el narcomenudeo. Dicha ilícita actividad, ha encontrado un semillero propicio donde no hay ley que les prohíba vender a propios y extraños de la UNAM droga de diferente naturaleza y procedencia.

Tan emblemática Ciudad Universitaria,  es una zona declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad que incluye el primer circuito universitario inaugurado en 1952, y sus más de cincuenta edificios dentro de una Zona Núcleo de 176.5 hectáreas, que significan el 25 % de las 730 totales del campus, y que tienen como límite, hacia el Poniente el Estadio Olímpico, al Sur los Frontones y la Zona Deportiva, al Oriente la Facultad de Medicina y al Norte los edificios de las Facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Economía y Odontología, citando un ejemplo.

No es raro ver en los espacios destinados al descanso y franco esparcimiento, jóvenes de ambos sexos consumiendo todo tipo de sustancias demostrando su total irreverencia y descaro a una Casa Superior de Estudios como lo es la emblemática UNAM. Tampoco es raro ver a “residentes” que desde hace casi una década han hecho de ciertas áreas su hábitat, instalando domicilio, negocio y familias con total impunidad.
No es que sea un consuelo, pero en las últimas horas el propio rector de la citada entidad educativa, se ha manifestado expresando la intolerancia a este tipo de eventos y además dio a conocer que está en comunicación con autoridades del gobierno. Al respecto, el Jefe de Gobierno capitalino, admitió que habrían detectado en ciertos sectores de Ciudad Universitaria, delincuencia y narcomenudeo, asimismo reconoció que se habrían realizado importantes detenciones, precisamente en la zona de Tlahuac, sin embargo, descartó que operen algunos cárteles. Asimismo, admitió que debido a la autonomía universitaria no puede reforzar la seguridad por dentro, sólo en zonas limítrofes, y no puede hacer nada que el rector no pida.

Pese a que hablar de autonomía significa que los aspectos organizativos y de gestión se llevan a cabo de manera independiente de otros organismos y entidades, por ejemplo, el poder político, ante los hechos que se están viviendo, la autonomía necesita, precisamente del poder político para solucionar problemas que eran impensables cuando fue instituida.

Como investigadora académica extranjera, me siento privilegiada de poder acceder a todo el material que las diferentes temáticas de mi trabajo requieren dentro de tan afamado emporio educativo; por tal motivo respeto y valoro todo el patrimonio cultural, científico, técnico e intelectual de una de las mejores universidades de Latinoamérica, por ende, del mundo. Elevo mi voto de solidaridad con la UNAM, estoy plenamente consciente de que debemos mantener, preservar y defender la autonomía universitaria, pero el respeto a la vida, nos obliga a reflexionar acerca de este tema.

Como corolario, debemos remontarnos al año 1050, y recordar la lucha iniciada en Bolonia; aquellos inicios del siglo XIX  y la gran renovación que se desarrolló en las universidades en Berlín, donde Humbolt fue uno de los protagonistas más importantes. Finalmente, es necesario retrotraer a nuestra memoria aquel 22 de mayo de 1929. Desde entonces, la institución educativa considerada una de las mejores universidades del mundo, posee libre accionar y  ha desempeñado un papel protagónico en la historia y en la formación de México.

Según datos del portal 100 años Universidad Nacional de México, la iniciativa de otorgarle independencia a la máxima casa de estudios mexicana, fue idea del presidente Emilio Portes Gil, quien presentó el proyecto de Ley Orgánica.

La norma aprobada, no implicaba un simple cambio de política en relación a la institución universitaria sino que respondió al reclamo que, por años, hicieron docentes y alumnos sobre el tema. Así se otorgó por ley, a la institución, no solo el fin educativo superior que ya poseía sino la capacidad de organizar la investigación científica y la extensión universitaria del conocimiento más allá de las aulas a quienes no tuvieran la posibilidad de asistir a escuelas superiores. Con el nuevo reglamento, se modificó el gobierno que pasó a ser compartido por el Consejo Universitario como suprema autoridad, el Rector, los Directores de las facultades, escuelas e instituciones que forman parte de la Universidad y la representación de profesores y alumnos de las academias.

Al obtener su autonomía, la UNAM también pudo llevar a cabo la construcción de la Ciudad Universitaria que hoy forma parte del prestigioso centro de estudios. Así, desde entonces, la institución formativa mexicana pública, la más grande del país y de Latinoamérica, es un espacio de libertades en la que se profesa el respeto, la tolerancia y el diálogo y en la que, la pluralidad de ideas y pensamiento es considera un elemento valioso y muy positivo. Hoy la UNAM, desde su posición independiente, está al servicio del país no solo para formar profesionales sino también para buscar solución a los problemas nacionales y extender los beneficios de la cultura y la ciencia.


viernes, 5 de mayo de 2017

Murió el Bardo Julio Sesto © Ivette Durán Calderón

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Hace cincuenta y siete años, en la colonia de San Ángel, Ciudad de México, falleció Julio Sesto. El Poeta, escritor, investigador empedernido cuya fina labia, exquisitos modales y extraordinario don de gente, había decidido elegir el Día de la Batalla de Puebla, para poner fin a sus días, con un certero disparo.

Recordado como el autor de Las Abandonadas, poema que lo encumbró en el pedestal de los vates modernistas cuya dosis de romanticismo hizo la simbiosis perfecta para los amantes de la poesía. Un poema bastó para que su nombre a partir del 1908 y a bordo de los buques de la Marina Cubana, traspasase las fronteras para hacerse eco en toda Iberoamérica.

                               Cómo me dan pena las abandonadas,

                 que amaron creyendo ser también amadas,

          y van por la vida llorando un cariño,

recordando a un hombre y arrastrando a un niño[…]


Autor de más de una veintena de libros, abarcó todos los géneros, hizo uso tanto de su prosa castiza, como de su cultivada verba para dar a conocer sus puntos de vista, reflexiones, sentires y pesares.
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Si interesante fue su vida, por la serie de vicisitudes que atravesó en su condición de extranjero, adoptó a México como Patria putativa y le dedicó durante años, miles de páginas de historia, amor, ensayos sociales y magníficos versos. El legado de Julio Sesto, a diferencia de una gran mayoría de escritores y autores, no termina con su vida, verso y prosa fue inspiración para obras de teatro, películas, radionovelas, fotonovelas, himnos y canciones, además de un sinnúmero de artículos, reportajes y crónicas periodísticas.

Es justo mencionar que, precisamente este mes de mayo de 2017, se celebran los Cien Años de Tricolor, la Revista de la Cultura de México, cuyos números elaborados con dedicación y esmero, cobijaron mensualmente a eximios artistas y conspicuos intelectuales a nivel internacional. Julio Sesto fundó y dirigió esta revista desde 1917 hasta 1934.


Resultado de imagen para julio sesto revista tricolorNació en O Rosal, Pontevedra, Galicia, España un 10 de julio de 

1979.

Tanto amó a México, como a España.



(Breve síntesis de Julio Sesto, su vida, su obra @ Ivette Durán Calderón)

domingo, 23 de abril de 2017

Día del Libro, su creador, su historia


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@Ivette Durán Calderón

Celebrar el Día del  libro sin recordar a su creador, nos haría pecar de ingratos.    De igual modo, desconocer la cronología de los acontecimientos, despierta en los más curiosos una sensación de inconformidad. Por lo expuesto, recordar o conocer detalles olvidados, nos hará sentirnos afines y compenetrados. Los datos compilados y extractados de variadas fuentes nos permiten saber por qué paulatinamente los países se han ido abriendo a esta celebración haciendo de ella un acontecimiento internacional digno de encomio:
Un día dedicado a la cultura en el imaginario de su creador
El editor, traductor y escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, durante años periodista en El Pueblo de Valencia con Félix Azzati, y conspicuo activista republicano antes de dedicarse al negocio editorial, es, probablemente, conocido en la historia de la edición en España, sobre todo, por haber conseguido sacar adelante con empeño personal desde 1922 su iniciativa de establecer en el país de manera oficial un Día del Libro, que por fin encuentra acogida gubernamental en febrero de 1926. Sin embargo no es menos destacable su tarea profesional y cultural con la Editorial Cervantes hasta entrados los años sesenta. Clavel inicia, muy joven, en Valencia su andadura como editor en 1916 tomando sin duda como modelo inicial de editorial popular la Editorial Prometeo  e Vicente Blasco Ibáñez y Francisco Sempere. No obstante, construirá pronto un modelo propio para sobrevivir comercialmente hablando. Trasladada su actividad comercial editora a Barcelona, mantendrá siempre con su ciudad natal un estrecho contacto tanto profesional como ciudadano. Vicente Clavel tendrá un importante grado de implicación personal-profesional con su empresa por medio de su labor como traductor, prologuista, o incluso escribiendo él mismo algunas obras.
Para que una fiesta se celebre por millones de personas en más de 100 países, una serie de acontecimientos casi imposibles deben suceder. Vicente Clavel imaginó un día dedicado a la cultura a través de la literatura, los libros y las rosas lo convirtieron en una fiesta internacional.
El Origen del día del libro se remonta a 1926. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.
La idea original de la celebración del Día del Libro partió de Cataluña, Vicente Clavel Andrés, la propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona en 1923 y fue aprobada por el rey Alfonso XIII de España en 1926.
El 7 de Octubre de 1926 fue el primer Día del Libro, poco después, en 1930, se instaura definitivamente la fecha del 23 de abril como Día del Libro, donde este día coincide con Sant Jordi - San Jorge, patrón de Alemania, Aragón, Bulgaria, Cataluña, Etiopía, Georgia, Grecia, Inglaterra, Líbano, Lituania, Países Bajos, Portugal, Eslovenia y México. Es tradicional regalar una rosa al concluir una lectura, evento o pregón y que los enamorados y personas queridas se intercambien una rosa y un libro.
En 1995 el día del libro se convierte en una FIESTA MUNDIAL. El Día del Libro fue propuesto por la Unión Internacional de Editores (UTE), y presentado por el gobierno español a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En 1995, se aprobó proclamar el 23 de abril de cada año el "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor".
Vicente Clavel Andrés, fue quien creó o inventó el Día del Libro. ¿Cuánto sabemos de Clavel Andrés?........
Vicente Clavel Andrés (Valencia, 1888 - Barcelona, 1967), escritor, traductor, periodista y editor valenciano afincado en Barcelona, se dedicó a la difusión de la cultura a través de los libros en la cámara oficial del Libro de Barcelona. Promotor de autores hispanoamericanos y creador del día del libro en 1926, inspirado en Miguel de Cervantes y su libro Don Quijote de la Mancha, no pudo negar la enseñanza y acceso universal a la cultura. Toda una personalidad en cuanto a los libros en España se refiere.
Vicente Clavel contribuyó con sus ideas quijotescas, que pretendían el acceso universal a la cultura a través de los libros, a que hoy, casi todas las personas hispanoamericanas puedan visitar bibliotecas y adquirir libros sin dificultad. A todos y todas nos ha influido en mayor o menor medida el Decreto del Día del Libro de 1926 (Véase más abajo). Los años 20 del pasado siglo fueron momentos difíciles para divulgar la cultura, instaurar un decreto de fomento de la lectura requería de habilidades personales y sociopolíticas, luchar contra molinos de viento, visitar palacios, amar a doncellas,... sabemos que la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ayudó al buen amante de la literatura Vicente Clavel a conseguir su propósito, y así lo hizo, aunque Vicente no estuvo solo en esta andadura, las rosas de Sant Jordi - San Jorge le ayudaron a consolidar la fiesta. Contó también con la imprescindible simpatía y apoyo de los escritores, editores, libreros, bibliotecarios, lectores y personajes singulares de la época.
 Cronología del Día del Libro
Prehistoria: La piedra y madera sirven como soporte de los "casi primeros libros". Biblos y liber se definen como, corteza interior de un árbol. Tatuajes en el cuerpo humano, servían también para expresarse, creando "semi libros" vivientes.
6000 a. C.: Símbolos de la escritura Jiahu, en China, sobre caparazones de tortuga. Actualmente no hay consenso sobre si era realmente una escritura.
4000 a. C. a 3001 a.C: El más antiguo soporte de papiro que ha llegado a nuestros días, aunque no tiene nada escrito, se descubrió en la tumba de Hemaka, de la Primera Dinastía de Egipto, de alrededor del 3035 a. C.
3000 a. C. a 2001 a.C: Tablillas de arcilla utilizadas en Mesopotamia en el año 3.000 antes de Cristo. Mediante el instrumento stilus, sumerios y asirios imprimían carácteres en forma de cuña (Escritura cuneiforme) en la arcilla antes de ser cocida.
2000 a. C a 1001 a.C: En China, los libros eran de láminas de bambú, hueso escamas, madera o seda. En la India, hojas de palma seca.
700 a.C a 601 a.C: En el siglo VII antes de Cristo, en Nínive fueron encontradas 22.000 tablillas, era la biblioteca de los reyes de Asiria que disponían de talleres de copistas y lugares idóneos para su conservación. Esto supone que había una organización en torno al libro, un estudio sobre su conservación, clasificación, etc.
600 a.C. a 501 a.C.: No se tienen muchas referencias acerca de los libros concernientes a la Grecia clásica. Algunos vasos del siglo v a. C. y del siglo vi a. C. representan unos volumina. No existía, sin duda, el comercio con el libro, pero existían algunos lugares dedicados a la venta de los mismos. Se referencian los concursos literarios de poetas griegos, tragedias griegas...
400 a.C. a 301 a.C: Progresivamente el pergamino fue sustituyendo al papiro.
300 a.C. a 201 a.C: La Biblioteca de Alejandría fue en su época la más grande del mundo.
173 a.C.: Los juegos florales o floralia (latín: Ludi Floreales) fueron instaurados en la antigua Roma, y se celebran del 28 de abril al 3 de mayo. Están dedicados a la diosa Flora. Su celebración es anual desde 173 a. C. Estos juegos, como otros juegos romanos, tenían un origen religioso. En la actualidad, los juegos florales se celebran en muchos lugares, son certámenes literarios promotores y difusores de una lengua, en los que se premian obras literarias en prosa y en verso.
100 a.C. a 1 a.C.: El comercio del libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del Imperio que implicó la imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos (España, África, etc.)
100 a 300: El códice sustituyó al volumen. El libro ya no era un rollo continuo, sino un conjunto de hojas cosidas en forma rectangular, cuyo formato se utiliza hoy en la actualidad. El papel, inventado en el siglo I, reemplaza progresivamente al pergamino para ediciones económicas, el pergamino se mantiene para ediciones de lujo.
1000 a 1100: Un herrero, Pi Cheng, inventó los caracteres móviles para la impresión de libros, pero los grabados no tenían mucha calidad.
1323: Juegos florales de Toulouse. El origen de los juegos florales en Cataluña y Valencia se encuentra en los que celebraba la Académie des Jeux floraux en Toulouse (Francia), instaurados en año 1323 por la Sobregaya Companhia de los Siete Trovadores y se celebraron hasta el año 1484.
1440:  Johannes Gutenberg (c. 1398 – 3 de febrero de 1468) fue un orfebre alemán, inventor de la imprenta de tipos móviles moderna.
1449: Gutenberg publica el Misal de Constanza, primer libro tipográfico del mundo. Recientes publicaciones, en cambio, aseguran que este misal no pudo imprimirse antes de 1473 debido a la confección de su papel, y por tanto no debió ser obra de Gutenberg.
1452: Gutenberg da comienzo a la edición de la Biblia de 42 líneas (también conocida como Biblia de Gutenberg).
1501: A los libros impresos antes del 1 de enero de 1501 se les llama incunables.
1763: En Francia, el escritor y filósofo Denis Diderot escribía una Carta sobre el comercio de libros encargada por la Comunidad de Libreros de París. En este texto Diderot defiende los derechos de autor y la posibilidad de que los creadores vivan dignamente de su trabajo.
1859: Juegos florales de Barcelona. Premio de honor, que se otorgaba a la mejor poesía amorosa. 1879: Juegos florales de la Ciudad y Reino de Valencia. Muchos más concursos literarios se establecen en todo el mundo, mencionamos a los más significativos, los que pudieron influir en la creación de la celebración del Día Mundial del Libro y su propulsor Vicente Clavel.
A partir de 1.900, El Día del Libro dispone o referencia documentos y testimonios concretos. Para antes de Cristo y hasta el siglo xx, la Cronología es extraída de Wikipedia Historia del libro.
1900: En 1900 un grupo de empresarios relacionados con la literatura, interesados en la defensa de sus derechos adquiridos en materia de propiedad intelectual, constituyen el Centro de la Propiedad Intelectual de Barcelona.
1901: En 1901 se funda en Madrid la Asociación de la Librería de España.
1909: Juegos florales internacionales, el concurso literario en esperanto de más prestigio antes de la Segunda Guerra Mundial.
1916: En agosto de 1916, Vicente Clavel conoce en Barcelona al escritor uruguayo José Enrique Rodó, preámbulo en España y América de la edición e intercambio masivo de literatura hispanoamericana.
La traducción al español de libros en otras lenguas, realizada por Vicente Clavel (Traductor de varios idiomas), es un hecho casi más importante que la propia creación del Día del Libro, según profesionales del sector.
1918: Personas como Gustavo Gili, Mariano Viada, Rubió y Lluch, Miguel y Planas -- en contacto con la Casa de América, véase Federico Rahola y Rafael Vehils-- constituyen, en 1918, la Cámara del Libro de Barcelona. Poco después se constituye la Cámara del libro de Madrid.
1922: En 1922, por un decreto de José Sánchez Guerra, se declaran oficiales las Cámaras del libro de Barcelona y Madrid.
1923: En 1923 la "Memoria" de la Cámara del libro de Barcelona trae una primera noticia: Dedicar un día de cada año a celebrar la Fiesta del Libro. Una iniciativa de Vicente Clavel, vicepresidente primero de la Cámara del libro de Barcelona.
1925: El día 25 de Febrero de 1925, el editor y escritor Vicente Clavel, reitera la proposición en la Cámara del libro de Barcelona e inicia gestiones en Madrid.
1926: El día 6 de febrero de 1926, el rey Alfonso XIII de España, firmaba el Real Decreto del DÍA DEL LIBRO. Un decreto que incluye la celebración del Día del Libro, la instauración y ampliación de bibliotecas en toda España y la incitación a la lectura entre toda la población. Hoy sabemos, por declaraciones del propio Vicente Clavel, a un periodista, en 1967, que la redacción del decreto es obra suya.
1927, 1928, 1929: Alternando con las famosas celebraciones de la Exposición Internacional de Barcelona y con la Exposición Iberoamericana de Sevilla, el Día del Libro se celebra el 7 de Octubre.
1930: Este año, después de una polémica de si sería mejor seguir conmemorando la supuesta fecha del nacimiento de Cervantes (el 7 de octubre) o la de su muerte (el día 23 de abril, comprobada documentalmente), se acuerda celebrar el Día del Libro el 23 de Abril de cada año.
En Barcelona, la fiesta va tomando un cariz más popular y comercial-paradas de libros en la calle, de todo tipo: circulares de la Cámara Oficial del Libro a libreros y maestros, recordando los de celebrar la Diada, mientras que en Madrid privan los actos académicos los de mayor solemnidad .(...)
En el año 1930, la fiesta alcanza en Barcelona un éxito extraordinario al que contribuye la edición de diversas novedades literarias catalanas de una gran aceptación popular. Es por este tiempo que los editores deciden publicar las novedades coincidiendo con el Día del Libro y organizan actos de firmas de ejemplares por los autores.
1931: Cervantes y San Jorge: una rosa y un libro. Al día siguiente de aquel Día del Libro de 1931, un periodista barcelonés escribía: "Es de esperar que la próxima jornada se celebrará el 23 de abril coincidiendo con la de Sant Jordi, alcanzará aún mayor esplendor y será una verdadera fiesta del libro..." El periodista resulta un buen profeta, y desde el 1931, la fiesta del libro se convirtió auténticamente popular.
1932: En Madrid la fiesta tomaba un cariz diferente. Ya en 1932 según Josep M. Arnaud de Lasarte o 1933 según Fernando Cendán Pazos, se había intentado celebrar la "Feria del Libro de Madrid", de una duración de más días, hoy en día contamos en el mundo con múltiples ferias similares a la Feria del libro de Madrid, como pueden ser la Feria del Libro de Buenos Aires originada en 1975, o la Feria internacional del Libro de Guadalajara, creada en 1987.
1937: El estallido de la guerra civil española de 1936 dificulta seriamente la producción editorial: dificultades de papel, de materias primas, inseguridad general. El Día del Libro del año 1937 todavía se celebró con la aparición de algunas novedades literarias.
1938: Durante la guerra civil española el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya intentó dar una sensación de normalidad celebrando de una manera relevante el día del Libro que por excepción, fue el día 15 de junio.
1939: Un país deshecho intentaba celebrar el Día del Libro del 1939 en España.
1941: Las Cámaras Oficiales del Libro habían sido englobadas en 1941 en una nueva entidad: Instituto Nacional del Libro Español ", centralizado en Madrid, pero que en Barcelona mantuvo una activa y eficiente delegación dirigida por August Matons, con la colaboración de Santiago Aceitunas .
En 1924, en Argentina, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declara como oficial la "Fiesta del Libro", aunque no es hasta 1941 que se asemeja al concepto de la festividad del Día del Libro. Originada en un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres e iniciado el 15 de junio de 1908. El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro" para la misma fecha, expresión que se mantiene actualmente.
1949: Ángela Ruiz Robles (1895-1975) patenta su "Enciclopedia Mecánica" en España, el 7 de diciembre de 1949. El predecesor del libro electrónico actual (E-Book).
1950: Desde 1950 la Fiesta del libro vuelve a ser popular. Los Gremios de Libreros y Editores, con la colaboración del INLE, editan carteles, sellos publicitarios, organizan exposiciones, sortean lotes de libros entre los compradores.
1962: Se celebró en Barcelona el XVI Congreso de la Unión Internacional de Editores, a cargo del INLE, el Día del Libro tuvo lugar el 12 de mayo.
1963: Manuel Fraga Iribarne, en el año 1963, inaugura el Día del libro con un pregón defendiendo la licitud del libro en catalán y la promoción de la lengua y la literatura catalana.
1967: Fallece Vicente Clavel, propulsor del Día del libro. En 1967, por iniciativa de un grupo de editores catalanes, el INLE editaba el primer catálogo de libros en catalán.
1971: Michael Hart lidera el proyecto Gutenberg que busca digitalizar libros y ofrecerlos gratis.
1992-1993: Francos Crugnola e Isabella Rigamonti planean y realizan, por su tesina de licenciatura a la Politécnica de Milán, el primer ebook (soporte electrónico por la sola lectura de textos) y lo llaman "INCIPIT".
1993: Zahur Klemath Zapata registra el primer programa de libros digitales, Digital Book, y se publica el primer libro digital.
1995: En 1995 el día del libro se convierte en una FIESTA MUNDIAL. El Día del Libro fue propuesto por la Unión Internacional de Editores (UTE), y presentada por el gobierno español a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En 1995, se aprobó proclamar el 23 de abril de cada año el "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor".
Proclamación del 23 de abril como "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor"1
La Conferencia General, Considerando que el libro ha sido, históricamente, el elemento más poderoso de difusión del conocimiento y el medio más eficaz para su conservación, Considerando, por consiguiente, que toda iniciativa que promueva su divulgación redundará oportunamente no sólo en el enriquecimiento cultural de cuantos tengan acceso a él, sino en el máximo desarrollo de las sensibilidades colectivas respecto de los acervos culturales mundiales y la inspiración de comportamientos de entendimiento, tolerancia y diálogo, Considerando que una de las maneras más eficaces para la promoción y difusión del libro -como lo demuestra la experiencia de varios países miembros de la UNESCO- es el establecimiento de un "día del libro", con la correspondiente organización de ferias y exposiciones, Observando que no se ha adoptado una medida similar a nivel mundial, Suscribe la idea y proclama "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor" el 23 de abril de cada año, fecha en que coincidieron, en 1616, los decesos de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega.
1.Actas de la Conferencia General 28.ª reunión París, 25 de octubre -16 de noviembre de 1995. Resolución aprobada, previo informe de la Comisión IV, en la 22ª sesión plenaria, el 15 de noviembre de 1995.
2010: El 10 de Abril de 2010 se crea la web del www.diadellibro.eu. Familia y amigos de Vicente Clavel colaboran aportando toda la información disponible sobre el Día del libro y Vicente Clavel.
2014: El 23 de Abril, es una fiesta literaria celebrada por millones de personas en el mundo en más de 100 países. El Día del libro se encuentra en cada persona, empresa e institución que realiza un acto, pequeño o grande. Colabore en su entorno y forme parte de la fiesta de la literatura más celebrada de la historia.
2015: La web del www.diadellibro.eu llegó en 2015 a 856.011 usuarios únicos procedentes de 156 países diferentes desde 4.861 localidades (Datos de Google Analytics).
2016: IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega 23-04-1616 - 23-04-2016
¿Cómo se instituyó  el Día del Libro?
El escritor y divulgador cultural español Josep M. Arnaud de Lasarte escribió, un folleto titulado Los cincuenta años del día del libro editado por Editorial Bruguera, SA-1976, donde se explicaba el origen de esta fiesta cultural, cuyo extracto es tan válido hoy como entonces:
Todas las cosas tienen un creador o al menos un espíritu que las inspira. Y en el caso de la Fiesta del Libro el animador fue una persona inquieta y entusiasta que muchos de nosotros todavía hemos conocido y tratado en sus últimos años. Hablamos de don Vicente Clavel Andrés, escritor y editor valenciano, amigo y correligionarios de Blasco Ibáñez, establecido desde el año 1920 en Barcelona, donde rigió durante mucho tiempo la Editorial Cervantes y donde murió en 1967. Gran enamorado de la figura ilustre del creador del Quijote, la editorial Clavel hizo de Miguel de Cervantes el ejemplo del escritor, y del Don Quijote, el modelo del libro. No debe sorprendernos, pues, que su editorial-fundada en Valencia en el año l9l6 se amparan bajo ese nombre prestigioso, y que para honrar el "Príncipe de los Ingenios" quisiera instituir un día especialmente dedicado a homenajearlo. Vicente Clavel creyó que la fecha más apropiada para celebrarlo sería la del día de nacimiento de Miguel de Cervantes y, de una manera aproximada, determinó que debía ser el 7 de octubre. Hay que decir que la fecha del nacimiento no consta documentalmente como es frecuente en aquella época-, pero sí la de su bautizo, que fue el día 9 de octubre de 1547. Como que en español era normal que los recién nacidos recibieran las aguas bautismales poco después de nacimiento, algunos autores habían propuesto la fecha del 7 de octubre como la del nacimiento de Cervantes, y así lo aceptó también Vicente Clavel. Este, desde el año 1922, era vocal de la Cámara Oficial del Libro de Barcelona, entidad eficiente y prestigiosa que había sido fundada en el año 1920 por el editor Gustau Gili, y que vivía atenta a todo lo que representara difusión o enaltecimiento del libro. Y así, encontramos que la Memoria de la Cámara Oficial de Barcelona, registra la propuesta de Vicente Clavel en los siguientes términos:
"Día del Libro Español. Otra iniciativa de nuestro, celoso compañero don Vicente Clavel: dedicar un día de cada año a celebrar la Fiesta del Libro Español. Este modélico proyecto pasó a estudio de la correspondiente ponencia y está pendiente de decisión."
En la Memoria corresponde del año 1924 no encontramos ninguna referencia, pero, en el año 1925, el día 2 de febrero, Clavel volvió a proponer la celebración de la fiesta e inició las gestiones en Madrid. Finalmente, el día 6 de febrero de 1926, el rey Alfonso XIII firmaba el Real Decreto por el que se instituye, oficialmente, la "Fiesta del Libro Español." En aquel entonces ocupaba el poder el Directorio presidido por el general Primo de Rivera, ya uno de sus ministros se había dirigido la Cámara Oficial del Libro con la confianza que serían atendidos, y no se habían equivocado. El ministro de Trabajo, Comercio e Industria era un catalán, Eduard Aunós-un inquieto leridano hasta entonces estrechamente vinculado con Francesc Cambó y con la política regionalista-, pero que por sus lazos con otras personalidades militares ahora colaboraba con el Director. Don Eduard Aunós acogió con entusiasmo la propuesta de Clavel, hecha a través del "Comité Oficial del Libro del Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria" para que se instaure en España la fiesta anual del libro español en la perdurable fecha del natalicio del inmortal Cervantes. "Había que dedicar este día a enaltecer y difundir el libro, básicamente con el aliciente de su venta en la calle, con el descuento del 10% (el espíritu de aprovechar rebajas y oportunidades económicas tiene mucho cartel entre cierta gente), y ofreciendo protección oficial y económica a la creación de bibliotecas populares. Determinaba, además, que ese día en todas las escuelas y centros de enseñanza, incluso los militares, se dedicara una hora a la lectura de fragmentos escogidos de obras literarias que exalta "la Patria y el libro español." creaba, también, unos premios de mil pesetas que otorgaban las Cámaras Oficiales del Libro de Madrid y de Barcelona-los mejores artículos periodísticos "que se publican en idioma español." La idea era ambiciosa: llegaba a precisar que los municipios destinarían hasta el 3% de sus presupuestos a la creación de bibliotecas en el reparto de lotes de libros pero, como tantas otras ideas proyectos lanzados al viento,  no arraigó con suficiente fuerza.
Hay que decir que tanto el rey Alfonso XIII como el general Primo de Rivera no contaban con muchas simpatías en los medios intelectuales y que, por otra parte, la trayectoria republicana de Vicente Clavel tampoco era demasiado bien vista en determinados ambientes. Pero todo el mundo admitía que un buen nivel cultural era indispensable para dar, en los medios internacionales, una imagen prestigiosa del Estado. […]
Las otras lenguas
Hay que reconocer, de entrada, la buena intención del Día del Libro de promover el libro y la lectura. Pero no debemos olvidar unos errores que tuvo ya en sus inicios. Por un lado, la discriminación evidente hacia los libros escritos en otras lenguas que no fueran la castellana: se habla siempre y de una manera expresa de "lengua castellana" de "la lengua de Cervantes." Una discriminación que cuesta mucho superar, y que de una manera oficial, podemos decir que no fue derogada hasta la reciente promulgación de la vigente Ley del Libro, del día II de marzo de 1975, que en su artículo 1 º establece:
"La presente Ley tiene por objeto establecer un régimen especial encaminado a promover el libro español en sus diversas expresiones lingüísticas, y a fomentar su producción y su difusión."
Esa discriminación superior podía alejarse de la conmemoración oficial muchas personas e instituciones que se mantenían fieles a la lengua del pueblo, en el caso concreto de Cataluña, las más prestigiosas y más populares. Por otro lado, el tono que tomó la conmemoración oficial fue a menudo el del tópico, de escasa elevación cultural. Así, las expresiones "Sagrario imperecedero" refiriéndose al libro o "genios de la Raza" para hablar de los clásicos castellanos, no eran las más adecuadas para actos de un cierto nivel literario o para medios de probado espíritu crítico.
Tenemos un ejemplo muy típico en ese inefable Himno al Libro* del mismo año 1926, una de las estrofas del cual decía:
"En himnos fervientes cantemos al Libro, / loor a Cervantes, ingenio español, y por la alta cultura constituyen tantas velemos y vibre en nuestra alma de España el honor."
Ciertamente, no todas las celebraciones caían en este defecto; la Asociación Cervantina, de Madrid, o las sesiones de la Real Academia de la Lengua Española, sabían mantener el tono académico, pero no llegaban al pueblo.
Dentro de esta tónica transcurrieran las conmemoraciones de los años siguientes -1927, 1928, 1929, alternando con las famosas celebraciones de la Exposición Internacional de Barcelona y con la Exposición Iberoamericana de Sevilla-, hasta llegar en 1930. Este año, después de una polémica de si sería mejor seguir conmemorando la supuesta fecha del nacimiento de Cervantes (el 7 de octubre) o la de su muerte (el día 23 de abril, comprobada documentalmente), se acuerda de celebrar esta última, considerando que el mes de abril era más indicado para actos en la calle que no lo de octubre, donde el tiempo no acompañaba. Además, la coincidencia con el inicio del año escolar perturbaba la venta de libros de texto, en las librerías del ramo. Pero los hechos políticos darían un nuevo carácter a la fiesta: el día 14 de abril de 1931, la República era proclamada en toda España y el rey Alfonso XIII marchaba camino del exilio. De aquellos años, hay que remarcar la diferencia que se observa entre su celebración en Barcelona y en Madrid. En Barcelona, la fiesta va tomando un cariz más popular y comercial-paradas de libros en la calle, de todo tipo: circulares de la Cámara Oficial del Libro a libreros y maestros, recordando los de celebrar la Diada, mientras que en Madrid privan los actos académicos los de mayor solemnidad .(...)
En el año 1930, la fiesta alcanza en Barcelona un éxito extraordinario al que contribuye la edición de diversas novedades literarias catalanas de una gran aceptación popular. Es por este tiempo que los editores deciden publicar las novedades coincidiendo con el Día del Libro y organizan actos de firmas de ejemplares por los autores. En Barcelona la venta de ese día sobrepasó los 5.000 volúmenes, y se publicaron dos opúsculos interesantes para la historia de la fiesta. Uno, titulado La Fiesta del Libro, es una breve y ágil descripción de las paradas de libros por las calles de Barcelona, firmada por Carlos Orgilés y Sánchez. El otro, escrito por el impresor Víctor Oliva, El libro español, fue editado por la Cámara Oficial del Libro barcelonesa y se repartieron más de 40.000 ejemplares gratuitamente entre los compradores de libros.
Cervantes y San Jorge: una rosa y un libro. Al día siguiente de aquel Día del Libro un periodista barcelonés escribía:
"Es de esperar que la próxima jornada se celebrará el 23 de abril coincidiendo con la de Sant Jordi, alcanzará aún mayor esplendor y será una verdadera fiesta del libro español."
El periodista resulta un buen profeta, y desde el 1931, la fiesta del libro se convirtió auténticamente popular. Y no sólo en Barcelona: en Gerona, en Sabadell, en Arenys de Mar, en Badalona, en muchas poblaciones catalanas, el Día del Libro raíz firme. La Cámara Oficial del Libro publicó, en 1931, un estudio de Manuel de Montoliu sobre el Quijote: "Lo que España debe a un libro", y en 1932, un pequeño y modélico volumen de Jordi Rubió i Balaguer, director de la Biblioteca de Cataluña, que ponía sus conocimientos al alcance de todos: "Cómo se organiza y cataloga una biblioteca", de una utilidad notabilísima. Realmente, la coincidencia de la fiesta del libro y la de Sant Jordi daba un aire nuevo y popular en la fiesta. Otro periodista barcelonés lo confirmaba al comentar esto:
"Lo hemos acertado. La fecha del 23 de abril, en que la muerte de Cervantes coincide con la fiesta de Sant Jordi: rosas, libros y San ..."
El Día del libro, desde entonces, tiene en Barcelona-y por extensión a muchos de otros lugares de los "Països Catalans" un carácter peculiar. Si bien no es fiesta oficial, la calle tiene un aire festivo: hombres y mujeres, chicos y chicas, todo el mundo lleva en la mano la rosa y el libro. La fiesta del Patrón de Cataluña y la feria de rosas que la conmemora, tienen un nuevo atractivo literario.
Y no es que Barcelona no tuviera afecto por la figura y la obra de Cervantes, sino al contrario. El escritor español había dedicado a Barcelona ese elogio que siempre es oportuno de transcribir:
"Y así, me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos, y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y belleza, única . " (Don Quijote de la Mancha, Segunda Parte, Cap. LXXII ).(...) Incluso ha habido escritores que han querido encontrar una cierta semejanza entre San Jorge, caballero de un ideal, liberador de doncellas, y Don Quijote. Joan Estelrich escribía:
"Don Quijote es la melancólica caricatura de San Jorge, luchando con los molinos de viento, engatusar por una justa y noble demencia."
Y en un fragmento poco citado del Quijote, el caballero exclama ante una imagen de San Jorge, elogiando a:
"Fue a quitar la cubierta de la primera imagen, que mostró ser la de San Jorge puesto a caballo, con una serpiente enroscada a los pies y la lanza atravesada por la boca, con la fiereza que suele pintarse. Toda la imagen parecía una ascua de oro, como suele decirse. Viéndola don Quijote, dijo: 'Este caballero fue uno de los mejores andantes que tuvo la milicia divina; llamóse don San Jorge y fue además defendedor de doncellas'. " (Don Quijote de la Mancha, Segunda Parte, Cap. LVIII).
Mientras tanto, en Madrid la fiesta tomaba un cariz diferente. Ya en 1932 se había intentado celebrar la "Feria del Libro de Madrid", de una duración de más días, con unas casetas de venta situadas en el Paseo de Recoletos que más adelante se trasladaron a la zona del Parque del Retiro y, después de la Guerra civil, proliferaron por diferentes ciudades españolas-. Pero, el día del libro, a pesar de haber sido trasladado al 23 de abril, no radica en Madrid ni en las poblaciones de fuera del ámbito catalán. En Valencia, por este tiempo, hay que destacar la acción cultural del Ayuntamiento, que en 1932, publicó y difundió una volumetría de 1 'historiador valenciano Francesc Almela y Vives sobre El libro valenciano y La lengua valenciana, Normas de Ortografía Valenciana el año 1933. En Sabadell, la popularidad de la fiesta del libro se debió, en buena parte, a la Acción Municipal Docente, organizada al estilo de la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. que dedicó un interés especial en el libro. […]
El estallido de la guerra civil dificulta seriamente la producción editorial: dificultades de papel, de materias primas, inseguridad general. El Día del Libro del año 1937 todavía se celebró con la aparición de algunas novedades literarias, y en 1938, el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya intentó dar una sensación de normalidad celebrando de una manera relevante el día del Libro que por excepción, fue el día 15 de junio-. Una exposición bibliográfica en el Casal de la Cultura, inaugurada con una conferencia de caries Riba sobre "Sinceridad y expresión literaria inicia una serie de parlamentos, en días sucesivos, a cargo de varios escritores.[…]
Pero la guerra seguía su curso inexorable, y antes de un año, el 1 º de abril de 1939, acababan las hostilidades. Un país deshecho intentaba celebrar el Día del Libro del 1939, quizás el más gris de los que encontramos en esta historia. Los años que siguieron el final de la guerra se resienten de las limitaciones impuestas. Además de las dificultades materiales-papeles de mala calidad, encuadernaciones deficientes-, sorprendía la ausencia absoluta de libros catalanes, impuesta por la rigurosa censura. Hasta 1950, prácticamente, el libro en catalán no se volvió a publicar y poco a poco, retomó su puesto en las paradas en la calle del Día del Libro. De aquellos años hay que recordar la parada que la Obra del Diccionario catalán-valenciano-balear, que dirigía Francesc de B. Moll, instalado en Barcelona, en lo alto de la Rambla, gracias a la tenacidad y el esfuerzo de Joan Ballester.
Poco a poco la vida editorial retomaba el empuje de los años anteriores a la guerra, y pronto el número de volúmenes editados-la mayoría de producción editorial, en lengua castellana-superaba, con mucho, la de 1936. Las Cámaras Oficiales del Libro habían sido englobadas en 1941 en una nueva entidad: Instituto Nacional del Libro Español ", centralizado en Madrid, pero que en Barcelona mantuvo una activa y eficiente delegación dirigida por August Matons, con la colaboración de Santiago Aceitunas. Los Gremios de Libreros y Editores que aportaron su colaboración, y consiguieron publicar algunos opúsculos dentro de la línea de los editados por la Cámara Oficial del libro antes de la guerra. […]
Desde 1950 la Fiesta del libro vuelve a ser popular. Los Gremios de Libreros y Editores, con la colaboración del INLE, editan carteles, sellos publicitarios, organizan exposiciones, sortean lotes de libros entre los compradores y dan nacimiento, al año siguiente, en la Feria del libro de 'Ocasión Antiguo y Moderno, que a partir de entonces se celebra con gran afluencia de público coincidiendo con las fiestas de la Mare de Déu de la Mercè. La Feria, que este año conmemora el XXV aniversario, concentra la venta del libro viejo y ha permitido reservar el Día del Libro exclusivamente para los libros nuevos. Cada año, por el Día del Libro, se encarga el "pregón" o conferencia inaugural a una personalidad del mundo de la política o de las letras. Una de las que alcanzó mayor resonancia fue la del ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, en el año 1963, defendiendo la licitud del libro en catalán y la promoción de la lengua y la literatura catalana. En 1967, por iniciativa de un grupo de editores catalanes, el INLE editaba el primer catálogo de libros en catalán, que hasta hoy ha ido apareciendo alrededor del Día del Libro.
La fiesta se ha continuado celebrando el día de Sant Jordi, con la excepción de algunos años que, por coincidir con alguna fecha litúrgica-Viernes Santo, Lunes de Pascua-, ha sido trasladada a una fecha diferente. Así, en 1962, cuando se celebró en Barcelona el XVI Congreso de la Unión Internacional de Editores, a cargo del INLE, el Día del Libro tuvo lugar el 12 de mayo, coincidiendo con la jornada de clausura del Congreso y (dicho sea de paso) llovió en mucho. Hecho curioso éste, que hay que resaltar, es que a menudo el día de Sant Jordi ha sido día de lluvia. No olvidemos que Jordi-en griego, Georgos-significa "campesino" y que las lluvias de primavera son las que sazonan los sembrados y benefician la cosecha. Ahora bien, a quien no benefician es al librero, que debe tener la mirada oscilante entre la parada, con los libros a la intemperie, y las nubes que amenazan la venta. "Calles mojadas, cajones secos" dice el adagio catalán, y por este motivo, cada año se recuerda oficialmente que el Día del Libro puede trasladarse al siguiente si es talmente lluvioso que no permita la venta. Los tradicionales chistes sobre libros y paraguas tienen en este curioso fenómeno meteorológico su verdadero origen.
Corolario: El Himno al Libro
Fue el poeta  español Julio Menéndez Garcés quien compuso el Himno al Libro, cuya letra fue publicada el día 09 de octubre de 1926 en La voz de Peñaranda (Revista semanas de Ciencias – Salamanca, España). Lo que no se sabe es si alguien compuso la música, pero como poema, nos quedan sus hermosos versos:
*Himno al Libro
Coro
En himnos fervientes cantemos al libro;
loor a Cervantes ingenio, español;
por la alta cultura constantes velemos
y vibre en nuestra alma de España el honor.

Preciados tesoros los libros encierran,
guardando en sus hojas del mundo el saber,
pues ellos conservan las piedras preciosas
del Templo del Arte, la Ciencia y la Fe.

Sus bellas ideas deleitan e instruyen;
sus sanos consejos infunden amor,
orientan al hombre por rectos senderos
que el alma encaminan al Trono de Dios.

Surgida la imprenta, cundió el libro bueno,
que es arca sagrada del cielo joyel;
el hombre prudente lo estudia y conserva
hallando en su esencia su amigo más fiel.

El joven que abriga amor a los libros
y liba en sus hojas que pétalos son
la miel de la ciencia, cual dulce ambrosía,
será coronado de gloria y honor.

La patria nos pide que amemos al libro,
que encierra el tesoro del patrio solar,
sigamos su curso, bebamos, sedientos
en sus puras fuentes feliz manantial.

Fundad bibliotecas de sana lectura;
honrad al Gobierno que el libro ensalzó,
creando su Día, buscando en su seno,
de España el progreso con férvido amor.

La infancia que extrae de puras fontanas
las máximas bellas del noble vivir
es prenda segura de paz y armonía,
aurora esplendente de vida feliz.

Guirnalda de rosas corone las sienes
y un nimbo de gloria circunde la faz
de cuantos tributo de ciencia llevaran,
en mística ofrenda, de España al altar.
Revista http://eltemps.cat/  El Temps