
@Ivette Durán Calderón
Los últimos acontecimientos acaecidos en predios de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde aparecieron dos cadáveres en circunstancias aún no esclarecidas, acrecientan la zozobra de estudiantes, docentes, administrativos y vecinos.
Los últimos acontecimientos acaecidos en predios de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde aparecieron dos cadáveres en circunstancias aún no esclarecidas, acrecientan la zozobra de estudiantes, docentes, administrativos y vecinos.
La autonomía en la UNAM establece que la presencia policial
no está permitida, lo que en aras de expandir su área de acción, la
delincuencia organizada está tomando posesión de manera subrepticia.
Ya han surgido rumores de que se trataría de un cartel, el
Cartel de Tlahuac, para apoderarse y sentar dominio en el narcomenudeo. Dicha
ilícita actividad, ha encontrado un semillero propicio donde no hay ley que les
prohíba vender a propios y extraños de la UNAM droga de diferente naturaleza y
procedencia.
Tan emblemática Ciudad Universitaria, es una zona declarada Patrimonio Cultural de
la Humanidad que incluye el primer circuito universitario inaugurado en 1952, y
sus más de cincuenta edificios dentro de una Zona Núcleo de 176.5 hectáreas,
que significan el 25 % de las 730 totales del campus, y que tienen como límite,
hacia el Poniente el Estadio Olímpico, al Sur los Frontones y la Zona
Deportiva, al Oriente la Facultad de Medicina y al Norte los edificios de las
Facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Economía y Odontología, citando un
ejemplo.
No es raro ver en los espacios destinados al descanso y
franco esparcimiento, jóvenes de ambos sexos consumiendo todo tipo de
sustancias demostrando su total irreverencia y descaro a una Casa Superior de
Estudios como lo es la emblemática UNAM. Tampoco es raro ver a “residentes” que
desde hace casi una década han hecho de ciertas áreas su hábitat, instalando domicilio,
negocio y familias con total impunidad.
No es que sea un consuelo, pero en las últimas horas el
propio rector de la citada entidad educativa, se ha manifestado expresando la
intolerancia a este tipo de eventos y además dio a conocer que está en
comunicación con autoridades del gobierno. Al respecto, el Jefe de Gobierno
capitalino, admitió que habrían detectado en ciertos sectores de Ciudad
Universitaria, delincuencia y narcomenudeo, asimismo reconoció que se habrían
realizado importantes detenciones, precisamente en la zona de Tlahuac, sin embargo,
descartó que operen algunos cárteles. Asimismo, admitió que debido a la
autonomía universitaria no puede reforzar la seguridad por dentro, sólo en
zonas limítrofes, y no puede hacer nada que el rector no pida.
Pese a que hablar de autonomía significa que los aspectos
organizativos y de gestión se llevan a cabo de manera independiente de otros
organismos y entidades, por ejemplo, el poder político, ante los hechos que se
están viviendo, la autonomía necesita, precisamente del poder político para
solucionar problemas que eran impensables cuando fue instituida.
Como investigadora académica extranjera, me siento
privilegiada de poder acceder a todo el material que las diferentes temáticas
de mi trabajo requieren dentro de tan afamado emporio educativo; por tal motivo
respeto y valoro todo el patrimonio cultural, científico, técnico e intelectual
de una de las mejores universidades de Latinoamérica, por ende, del mundo.
Elevo mi voto de solidaridad con la UNAM, estoy plenamente consciente de que
debemos mantener, preservar y defender la autonomía universitaria, pero el
respeto a la vida, nos obliga a reflexionar acerca de este tema.
Como corolario, debemos remontarnos al año 1050, y recordar
la lucha iniciada en Bolonia; aquellos inicios del siglo XIX y la gran renovación que se desarrolló en las
universidades en Berlín, donde Humbolt fue uno de los protagonistas más
importantes. Finalmente, es necesario retrotraer a nuestra memoria aquel 22 de
mayo de 1929. Desde entonces, la institución educativa considerada una de las
mejores universidades del mundo, posee libre accionar y ha desempeñado un papel protagónico en la
historia y en la formación de México.
Según datos del portal 100
años Universidad Nacional de México, la iniciativa de otorgarle
independencia a la máxima casa de estudios mexicana, fue idea del presidente
Emilio Portes Gil, quien presentó el proyecto de Ley Orgánica.
La norma aprobada, no implicaba un simple cambio de política
en relación a la institución universitaria sino que respondió al reclamo que,
por años, hicieron docentes y alumnos sobre el tema. Así se otorgó por ley, a
la institución, no solo el fin educativo superior que ya poseía sino la
capacidad de organizar la investigación científica y la extensión universitaria
del conocimiento más allá de las aulas a quienes no tuvieran la posibilidad de
asistir a escuelas superiores. Con el nuevo reglamento, se modificó el gobierno
que pasó a ser compartido por el Consejo Universitario como suprema autoridad,
el Rector, los Directores de las facultades, escuelas e instituciones que
forman parte de la Universidad y la representación de profesores y alumnos de
las academias.
Al obtener su autonomía, la UNAM también pudo llevar a cabo
la construcción de la Ciudad Universitaria que hoy forma parte del prestigioso
centro de estudios. Así, desde entonces, la institución formativa mexicana
pública, la más grande del país y de Latinoamérica, es un espacio de libertades
en la que se profesa el respeto, la tolerancia y el diálogo y en la que, la
pluralidad de ideas y pensamiento es considera un elemento valioso y muy
positivo. Hoy la UNAM, desde su posición independiente, está al servicio del
país no solo para formar profesionales sino también para buscar solución a los
problemas nacionales y extender los beneficios de la cultura y la ciencia.